El material fluido funciona vertiéndose en un área en su forma líquida, llenando huecos y huecos con un mínimo esfuerzo y endureciéndose hasta un estado sólido con el tiempo. Este proceso se puede utilizar en la logística para reforzar los cimientos, estabilizar los pisos de los almacenes o reparar la infraestructura con una interrupción mínima.
Al usar material fluido, sus operaciones logísticas pueden ahorrar en costos de mano de obra y reducir el tiempo de inactividad, ya que elimina la necesidad de contar con un equipo mecánico extenso. Esto también acelera la construcción o las reparaciones, lo que permite que su empresa reanude las operaciones de manera más rápida y eficiente.