Una zona franca ofrece a las empresas la oportunidad de importar bienes libres de impuestos, que pueden procesarse, fabricarse o reexportarse sin incurrir en costos adicionales. Para su empresa, esto se traduce en ahorros de costos en importaciones y exportaciones, tiempos de envío más rápidos y la capacidad de administrar el inventario con menos regulaciones.
Al aprovechar una zona franca, puede optimizar sus operaciones logísticas, reducir las tarifas y mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y, en última instancia, aumentar la rentabilidad y mejorar su ventaja competitiva en los mercados internacionales.